En la página FUEGO Y MANIOBRA encontrará la Introducción y capítulos referidos a la guerras en la Edad Media, de la obra del mismo nombre del Dr. Mg. Jorge A.Vigo

21 de noviembre de 2018



Esto se dijo....


¡El rey nunca es capturado, ni en la guerra ni en el ajedrez! Atribuido a Luis VI de Francia, El Gordo.

La batalla de Brémule se libró el 20 de agosto de 1119. Allí se enfrentaron quinientos caballeros ingleses al mando de Enrique I Beauclerc con cuatrocientos caballeros conducidos por el rey de Francia Luis VI El Gordo. El combate tuvo lugar en el marco de las luchas que se desataron a la muerte de Guillermo el Conquistador (1087) en torno al ejercicio de la autoridad del rey inglés sobre el Ducado de Normandía.

Guillermo había dispuesto que a su muerte le sucediera en el trono de Inglaterra su hijo Guillermo El Rojo, en tanto que su hijo mayor, Robert Courteheuse, recibiría el Ducado de Normandía. Su hijo menor, Enrique Beauclerc sólo heredaría algo de dinero. Pero, a la muerte de Guillermo en un accidente de caza, en 1110, Enrique se hizo cargo del trono inglés. Robert quiso hacer valer sus derechos dinásticos como hijo mayor, invadiendo Inglaterra sin éxito (1110), dando con ello un pretexto a Enrique para, a su vez, desembarcar en Normandía y reunificarla con Inglaterra (el ducado, desde 1087 había asumido “una existencia independiente”, durante la cual Normandía se disgregó y “el feudalismo retomó sus hábitos de pillaje y guerras privadas” -Lavisse-Lucaire-). 

20 de abril de 2018


Esto se dijo…

“¿Qué habrías hecho si fuese vuestro prisionero?”, pregunta el sultán seljuk Alp Arslan, vencedor en la batalla de Mantzikert…
“”Hubiera sometido vuestro cuerpo a grandes torturas…, responde Romanus IV Diógenes, emperador bizantino vencido.
“¡Pero yo no imitaré vuestra dureza y vuestra crueldad!”, respondió el seljuk.

En la batalla de Mantzikert, librada el 19 o el 26 de agosto de 1071 -no hay acuerdo entre los historiadores sobre el dato- se enfrentaron los ejércitos del Imperio Romano de Oriente, Bizancio, al mando del emperador Romanus IV Diógenes y el de los turcos seljuks, conducido por el sultán Alp Arslan.  Este quedó dueño del día y del campo, obteniendo una victoria que tuvo enorme trascendencia, como lo han destacado diferentes historiadores:  “una de las más grandes derrotas de Bizancio en el curso de su historia” (Bréhier); “momento decisivo de la historia bizantina” (Cheynet); “su resultado debilitó para siempre un gran imperio” (Carey); “ninguna de las derrotas sufridas por Bizancio ha tenido tan desastroso resultado” (Oman)…