FUEGO Y MANIOBRA. Final
Un Siglo de Guerra
La llamada Guerra de los Cien Años comenzó en 1337 y
concluyó en 1453, giró en torno de la
pretensión de los reyes ingleses al trono
de Francia y de la alianza francesa con Escocia. Es una muestra de la evolución del arte de la guerra y de su
difícil aprendizaje en el campo de
batalla.
El ejército francés era típicamente feudal con un núcleo
de caballeros que combatían en pequeños
grupos denominados Banderas dirigidos
por un caballero y que se integraban en unidades mayores denominadas Batallas. La estructura
militar francesa seguía el rango y el protocolo del linaje aristocrático e
incluía la tradicional leva estacional.
Los reyes ingleses reclutaban su ejército a modo de
cuerpo expedicionario, pidiendo a sus
vasallos que proporcionaran contingentes
de hombres de acuerdo a la riqueza que poseían. Se incluían además numerosos voluntarios y entre la infantería
los eficaces hombres de arco largo.
Esto hacía del ejército inglés una fuerza casi profesional.
Durante el
conflicto ambos ejércitos evolucionaron, los franceses generaron un núcleo permanente, nuevas
organizaciones y un perfil más
profesional; los ingleses insistieron en su modelo que, mal pagado terminó deshaciéndose lentamente.
La táctica en esta guerra también cambió. Los franceses
confiaron plenamente en el empleo
tradicional de la caballería pesada, mientras
que los ingleses se aprovecharon de la introducción del arco largo y el empleo de sus caballeros a pie.
Con el tiempo los franceses aprenderán
parte de la táctica inglesa e introducirán eficazmente el empleo de armas de fuego alcanzando la
victoria.
La mejor manera de apreciar esta evolución es observar
las batallas más importantes del
conflicto. Tres tipos de acciones se
emplearon en la guerra, las más regulares
fueron los sitios y las llamadas cabalgadas, que no eran más que raids de pillaje y devastación. La tercera
eran las batallas que no fueron muchas
pero marcaron los cambios tácticos más importantes.
Crécy 26 de agosto de 1346 Eduardo III de Inglaterra
realizó una cabalgada por el noreste de
Francia con 10.000 hombres, lo que llevó a Felipe VI de Francia a perseguirlo con un ejército de 8.000
caballeros y 4.000 ballesteros genoveses.
Eduardo desplegó sus fuerzas entre los pueblos de Crécy y
Wadicourt sobre una pendiente. En
primera línea dispuso dos cuerpos de caballeros
a pie, al mando de Northampton y el Príncipe Negro colocando entre ellos y en sus alas a sus hombres de
arco largo formando salientes en
dirección a los franceses. Delante de esta línea se habían ubicado fosas y estacas para contener a la
caballería. Detrás formó una segunda
línea con arqueros y el resto de sus caballeros a pie.
Felipe dispuso una primera línea con sus ballesteros, una
segunda en tres cuerpos de caballería
pesada montada al mando del Conde d’Alencon
y una tercera igual al mando del Duque de Lorena, manteniendo en reserva un cuerpo de caballería pesada. El combate se abrió con el avance de los
ballesteros genoveses que fueron
contenidos y severamente dañados por los hombres de arco largo. La diferencia entre estas dos
armas estriba primero en que el alcance
de la ballesta es de 300 metros y el del arco largo de sólo 250, pero mientras la primera tiene una
cadencia de un dardo por minuto, un
arquero entrenado puede lanzar diez en el mismo tiempo.
Cuando se hizo evidente que este ataque iba a fracasar la
caballería francesa se lanzó a la carga
contra los ingleses llevándose por delante
a sus propios ballesteros. Este movimiento la desordenó y en vez de alcanzar la posición enemiga en masa
llegó desordenadamente y en pequeños
grupos; así en vez de lanzar una carga de caballería de gran volumen se produjeron numerosas en pequeños
grupos. Los relatos de los
participantes cuentan que se desencadenaron alrededor de 17 ataques todos ellos contenidos por los
arqueros ingleses. El ataque principal
se lanzó contra el ala derecha inglesa, donde se encontraba el Príncipe Negro de 16 años de edad. Para
alivianar la presión Eduardo III le
envió 20 caballeros en apoyo, lo que fue
suficiente para contener a los pocos jinetes que llegaron hasta la línea inglesa.
El Rey Felipe, cuyo caballo fue muerto en combate, reconociendo la inutilidad de continuar la lucha ordenó
la retirada. Las pérdidas francesas
alcanzaron a 4.000 hombres, de ellos 1.300 eran caballeros nobles.
En esta batalla los ingleses se mostraron capaces de
establecer una sólida defensa contra la
caballería y lograron un prestigio militar
internacional que no tenían antes de la batalla.
En esta batalla los ingleses emplearon algunas piezas de
artillería aunque sin efecto alguno; se
considera por elloa esta batalla una de
las primeras en las que esa arma fue empleada.
Poitiers 19 de septiembre de 1356 El Príncipe Negro con 5.000
caballeros y 2.000 arqueros, luego de realizar
una cabalgada en la región de Orleáns se enfrentó al Rey de Francia Juan II el Bueno y un ejército de
16.000 hombres.
Los ingleses volvieron a emplear la doctrina de la
caballería a pie apoyada por arqueros
en sus alas y en las brechas en la línea. Su flanco izquierdo estaba protegido por una depresión
y el derecho por un obstáculo creado
por medio de un foso y algunos carromatos. Las alas de arqueros formaban ángulo hacia adentro
con la línea.
El Rey Juan dispuso a su ejército en cuatro divisiones:
la primera montada y las otras tres,
una detrás de la otra a pie. Pretendía atacar
con la primera línea a los arqueros y con las otras tres a los
caballeros ingleses. Iniciado el ataque los jinetes franceses de
la primera línea fueron contenidos
fácilmente por los arqueros ingleses. La segunda línea a pie apoyada por infantería y ballesteros fue
derrotada por los caballeros a pie del Príncipe
Negro.
El combate fue tan violento que se dice que los ingleses reponían sus armas y flechas tomándolas de los cuerpos de los caídos y que con excepción de los 400 hombres mantenidos en reserva, no había inglés en combate que no estuviese herido.
El combate fue tan violento que se dice que los ingleses reponían sus armas y flechas tomándolas de los cuerpos de los caídos y que con excepción de los 400 hombres mantenidos en reserva, no había inglés en combate que no estuviese herido.
La tercera línea francesa abandonó el campo de batalla
sin atacar, entonces el Príncipe Negro
decidió tomar la ofensiva y lanzarse contra
el último cuerpo francés al mando del Rey Juan II. Para esto avanzó toda su línea incluidos los arqueros,
devenidos ahora en infantería pesada
por el armamento recogido de entre los caídos, y a su vez envió un destacamento de 200 caballeros montados y
arqueros que rodeó la línea francesa y
cayó sobre su flanco izquierdo.
Los franceses perdieron
2.000 caballeros y otros tantos, incluido el propio Rey, fueron tomados prisioneros. Pese al fracaso los caballeros franceses
comprendieron que a pie podían
enfrentar a los arqueros mejor que a caballo, pues su armadura los protegía de las flechas, sin embargo
todavía era difícil caminar con ese
equipo y toda huida era imposible.
Azincourt 25 de octubre de 1415 En su paso hacia Calais el
Rey Enrique V de Inglaterra, con 1.000 caballeros
y 5.000 arqueros, vio bloqueada su marcha por un ejército francés de 3.000 ballesteros, 7.000 caballeros
montados y 15.000 desmontados al mando
del Condestable de Francia Charles d’Albret.
Enrique establece una línea apoyándose entre dos bosques. Divide a sus caballeros a pie en tres grupos,
coloca a los arqueros en las alas
rebatidas ligeramente hacia adentro y en dos cuñas entre los cuerpos de caballeros.
Los franceses formaron en tres líneas sucesivas: la
primera a pie con dos pequeños cuerpos
montados en las alas y los ballesteros detrás;
la segunda también de caballeros a pie con un cuerpo de ballesteros en su flanco derecho y la tercera de
caballeros montados. El dispositivo
nuevamente pretendía emplear a los caballeros montados para eliminar los arqueros.
Enrique decidió esperar el ataque francés, que cuando
empezó se demostró lento y complicado
debido a que la intensa lluvia había transformado
el campo de batalla en un inmenso lodazal. Los pequeños grupos montados fueron fácilmente eliminados
por los arqueros mediante la matanza de
los caballos. Para ese momento los caballeros
franceses habían alcanzado la línea inglesa; estaban cansados, atrapados en el barro y seguían recibiendo andanadas
de flechas.
Enrique ordenó
entonces a sus arqueros atacarlos, los que sin pesada armadura y descansados aprovecharon su agilidad y destruyeron
fácilmente el ataque francés. La
segunda línea francesa corrió la misma suerte.
Enrique se encontraba dueño del campo de batalla habiendo tomado un gran número de prisioneros cuando de
pronto un grupo de escuderos franceses
que habían rodeado el bosque y alcanzado el tren de bagajes inglés lo estaban saqueando. El
Rey creyendo ser rodeado ordenó la
ejecución de los prisioneros, para obligar a los franceses a cesar en su ataque. La cruel carnicería
finalizó cuando la tercera línea francesa
se retiró sin presentar batalla. Las pérdidas francesas se elevaron a 7.000 hombres y las inglesas a 1.500.
Formigny 15 de abril de 1450 Luego de la toma de Rouen el
Rey Carlos VII de Francia se lanzó a la
reconquista de Normandía. Los ingleses se vieron entonces expulsados de cada uno de los pueblos y posiciones de
la región.
Thomas Kyriel y Matthew Gough arribaron de Inglaterra con
refuerzos y se reunieron con las tropas
de la región alcanzando un total de
5.000 hombres. Contra ellos se lanzó el Conde Jean de Clermont en Formigny al norte de Caen.
Los ingleses repitieron su formación de Crécy y
Azincourt, pero los franceses esta vez
dispusieron de artillería en sus alas con la cual barrieron a los arqueros ingleses. El ataque
subsiguiente francés eliminó a casi
4.000 ingleses.
Castillon 17 de julio de 1453 Luego de Formigny los
ingleses fueron expulsados de toda Francia
con excepción de Calais. Cuando estalló en Aquitania una revuelta contra Carlos VII, el Rey Enrique VI de
Inglaterra quiso aprovechar la
oportunidad y envió un ejército al mando de John Talbot, para que vía Bordeaux liberara la guarnición
de Castillon sitiada por los franceses.
Talbot intentó lanzar un ataque frontal con sus 6.000
hombres contra las líneas de sitio
francesas. La artillería gala lo deshizo destruyendo su ejército y matando al propio Talbot.
En las primeras batallas de la guerra los ingleses se
aprovecharon no sólo del arco largo y
su dispositivo de defensa, sino que también
contaron con la colaboración que les brindó la inclinación francesa por lanzarse al ataque. Es probable que sin éste
último ingrediente las armas inglesas
no hubiesen llevado las de ganar durante la mayor parte del conflicto. Los franceses
aprendieron a luchar a pie como los ingleses
y encontraron su “arco largo”en el cañón, sin perder además la habilidad para ejecutar cargas a caballo.
Irónicamente en Castillon, la última
batalla de la guerra, serán los ingleses los que pretenderán decidir la acción con una carga de
caballería pesada.
43 Duffy, Michael, 1986, “The Military Revolution an the
State 1500-1800”, pg 2, University of
Exeter
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