En la página FUEGO Y MANIOBRA encontrará la Introducción y capítulos referidos a la guerras en la Edad Media, de la obra del mismo nombre del Dr. Mg. Jorge A.Vigo

31 de diciembre de 2014

FUEGO Y MANIOBRA. Final


Un Siglo de Guerra

La llamada Guerra de los Cien Años comenzó en 1337 y concluyó   en 1453, giró en torno de la pretensión de los reyes ingleses al trono   de Francia y de la alianza francesa con Escocia. Es una muestra de la   evolución del arte de la guerra y de su difícil aprendizaje en el campo   de batalla. 

El ejército francés era típicamente feudal con un núcleo de caballeros   que combatían en pequeños grupos denominados Banderas   dirigidos por un caballero y que se integraban en unidades mayores   denominadas Batallas. La estructura militar francesa seguía el rango y   el protocolo del linaje aristocrático e incluía la tradicional leva estacional.  

Los reyes ingleses reclutaban su ejército a modo de cuerpo expedicionario,   pidiendo a sus vasallos que proporcionaran contingentes   de hombres de acuerdo a la riqueza que poseían. Se incluían además   numerosos voluntarios y entre la infantería los eficaces hombres de   arco largo. Esto hacía del ejército inglés una fuerza casi profesional. 

 Durante el conflicto ambos ejércitos evolucionaron, los franceses   generaron un núcleo permanente, nuevas organizaciones y un perfil   más profesional; los ingleses insistieron en su modelo que, mal pagado   terminó deshaciéndose lentamente.  

La táctica en esta guerra también cambió. Los franceses confiaron   plenamente en el empleo tradicional de la caballería pesada,   mientras que los ingleses se aprovecharon de la introducción del arco   largo y el empleo de sus caballeros a pie. Con el tiempo los franceses   aprenderán parte de la táctica inglesa e introducirán eficazmente el   empleo de armas de fuego alcanzando la victoria.  

La mejor manera de apreciar esta evolución es observar las batallas   más importantes del conflicto.   Tres tipos de acciones se emplearon en la guerra, las más regulares   fueron los sitios y las llamadas cabalgadas, que no eran más que   raids de pillaje y devastación. La tercera eran las batallas que no fueron   muchas pero marcaron los cambios tácticos más importantes. 
 
Crécy 26 de agosto de 1346   Eduardo III de Inglaterra realizó una cabalgada por el noreste de   Francia con 10.000 hombres, lo que llevó a Felipe VI de Francia a   perseguirlo con un ejército de 8.000 caballeros y 4.000 ballesteros   genoveses.  

Eduardo desplegó sus fuerzas entre los pueblos de Crécy y Wadicourt   sobre una pendiente. En primera línea dispuso dos cuerpos de   caballeros a pie, al mando de Northampton y el Príncipe Negro colocando   entre ellos y en sus alas a sus hombres de arco largo formando   salientes en dirección a los franceses. Delante de esta línea se habían  ubicado fosas y estacas para contener a la caballería. Detrás formó una   segunda línea con arqueros y el resto de sus caballeros a pie. 
 
Felipe dispuso una primera línea con sus ballesteros, una segunda   en tres cuerpos de caballería pesada montada al mando del Conde   d’Alencon y una tercera igual al mando del Duque de Lorena, manteniendo   en reserva un cuerpo de caballería pesada.   El combate se abrió con el avance de los ballesteros genoveses   que fueron contenidos y severamente dañados por los hombres de  arco largo. La diferencia entre estas dos armas estriba primero en que   el alcance de la ballesta es de 300 metros y el del arco largo de sólo   250, pero mientras la primera tiene una cadencia de un dardo por   minuto, un arquero entrenado puede lanzar diez en el mismo tiempo.  

Cuando se hizo evidente que este ataque iba a fracasar la caballería   francesa se lanzó a la carga contra los ingleses llevándose por delante   a sus propios ballesteros. Este movimiento la desordenó y en   vez de alcanzar la posición enemiga en masa llegó desordenadamente   y en pequeños grupos; así en vez de lanzar una carga de caballería de   gran volumen se produjeron numerosas en pequeños grupos. Los   relatos de los participantes cuentan que se desencadenaron alrededor   de 17 ataques todos ellos contenidos por los arqueros ingleses. El   ataque principal se lanzó contra el ala derecha inglesa, donde se encontraba   el Príncipe Negro de 16 años de edad. Para alivianar la presión   Eduardo III le envió 20 caballeros en apoyo, lo que fue   suficiente para contener a los pocos jinetes que llegaron hasta la línea   inglesa.   

El Rey Felipe, cuyo caballo fue muerto en combate, reconociendo   la inutilidad de continuar la lucha ordenó la retirada. Las pérdidas   francesas alcanzaron a 4.000 hombres, de ellos 1.300 eran caballeros   nobles.  

En esta batalla los ingleses se mostraron capaces de establecer   una sólida defensa contra la caballería y lograron un prestigio militar   internacional que no tenían antes de la batalla.  
En esta batalla los ingleses emplearon algunas piezas de artillería   aunque sin efecto alguno; se considera por elloa esta batalla una de   las primeras en las que esa arma fue empleada.  

Poitiers 19 de septiembre de 1356   El Príncipe Negro con 5.000 caballeros y 2.000 arqueros, luego de   realizar una cabalgada en la región de Orleáns se enfrentó al Rey de   Francia Juan II el Bueno y un ejército de 16.000 hombres. 

Los ingleses volvieron a emplear la doctrina de la caballería a pie   apoyada por arqueros en sus alas y en las brechas en la línea. Su flanco   izquierdo estaba protegido por una depresión y el derecho por un   obstáculo creado por medio de un foso y algunos carromatos. Las alas   de arqueros formaban ángulo hacia adentro con la línea.  

El Rey Juan dispuso a su ejército en cuatro divisiones: la primera   montada y las otras tres, una detrás de la otra a pie. Pretendía atacar   con la primera línea a los arqueros y con las otras tres a los caballeros   ingleses.   Iniciado el ataque los jinetes franceses de la primera línea fueron   contenidos fácilmente por los arqueros ingleses. La segunda línea a   pie apoyada por infantería y ballesteros fue derrotada por los caballeros   a pie del Príncipe Negro. 

El combate fue tan violento que se dice   que los ingleses reponían sus armas y flechas tomándolas de los cuerpos   de los caídos y que con excepción de los 400 hombres mantenidos   en reserva, no había inglés en combate que no estuviese herido.  
La tercera línea francesa abandonó el campo de batalla sin atacar,   entonces el Príncipe Negro decidió tomar la ofensiva y lanzarse contra   el último cuerpo francés al mando del Rey Juan II. Para esto avanzó   toda su línea incluidos los arqueros, devenidos ahora en infantería   pesada por el armamento recogido de entre los caídos, y a su vez envió   un destacamento de 200 caballeros montados y arqueros que rodeó   la línea francesa y cayó sobre su flanco izquierdo.

Los franceses   perdieron 2.000 caballeros y otros tantos, incluido el propio Rey, fueron   tomados prisioneros.   Pese al fracaso los caballeros franceses comprendieron que a pie   podían enfrentar a los arqueros mejor que a caballo, pues su armadura   los protegía de las flechas, sin embargo todavía era difícil caminar con   ese equipo y toda huida era imposible.  

Azincourt 25 de octubre de 1415   En su paso hacia Calais el Rey Enrique V de Inglaterra, con 1.000   caballeros y 5.000 arqueros, vio bloqueada su marcha por un ejército   francés de 3.000 ballesteros, 7.000 caballeros montados y 15.000 desmontados   al mando del Condestable de Francia Charles d’Albret.   Enrique establece una línea apoyándose entre dos bosques. Divide   a sus caballeros a pie en tres grupos, coloca a los arqueros en las   alas rebatidas ligeramente hacia adentro y en dos cuñas entre los   cuerpos de caballeros. 
 
Los franceses formaron en tres líneas sucesivas: la primera a pie   con dos pequeños cuerpos montados en las alas y los ballesteros detrás;   la segunda también de caballeros a pie con un cuerpo de ballesteros   en su flanco derecho y la tercera de caballeros montados. El   dispositivo nuevamente pretendía emplear a los caballeros montados   para eliminar los arqueros.  

Enrique decidió esperar el ataque francés, que cuando empezó se   demostró lento y complicado debido a que la intensa lluvia había   transformado el campo de batalla en un inmenso lodazal. Los pequeños   grupos montados fueron fácilmente eliminados por los arqueros   mediante la matanza de los caballos. Para ese momento los caballeros   franceses habían alcanzado la línea inglesa; estaban cansados, atrapados   en el barro y seguían recibiendo andanadas de flechas.

Enrique   ordenó entonces a sus arqueros atacarlos, los que sin pesada armadura   y descansados aprovecharon su agilidad y destruyeron fácilmente el   ataque francés. La segunda línea francesa corrió la misma suerte.   Enrique se encontraba dueño del campo de batalla habiendo tomado   un gran número de prisioneros cuando de pronto un grupo de   escuderos franceses que habían rodeado el bosque y alcanzado el tren   de bagajes inglés lo estaban saqueando. El Rey creyendo ser rodeado   ordenó la ejecución de los prisioneros, para obligar a los franceses a   cesar en su ataque. La cruel carnicería finalizó cuando la tercera línea   francesa se retiró sin presentar batalla. Las pérdidas francesas se elevaron   a 7.000 hombres y las inglesas a 1.500.  

Formigny 15 de abril de 1450   Luego de la toma de Rouen el Rey Carlos VII de Francia se lanzó   a la reconquista de Normandía. Los ingleses se vieron entonces expulsados   de cada uno de los pueblos y posiciones de la región.  

Thomas Kyriel y Matthew Gough arribaron de Inglaterra con refuerzos   y se reunieron con las tropas de la región alcanzando un total   de 5.000 hombres. Contra ellos se lanzó el Conde Jean de Clermont   en Formigny al norte de Caen.  

Los ingleses repitieron su formación de Crécy y Azincourt, pero   los franceses esta vez dispusieron de artillería en sus alas con la cual   barrieron a los arqueros ingleses. El ataque subsiguiente francés eliminó   a casi 4.000 ingleses.  

Castillon 17 de julio de 1453   Luego de Formigny los ingleses fueron expulsados de toda Francia   con excepción de Calais. Cuando estalló en Aquitania una revuelta   contra Carlos VII, el Rey Enrique VI de Inglaterra quiso   aprovechar la oportunidad y envió un ejército al mando de John Talbot,   para que vía Bordeaux liberara la guarnición de Castillon sitiada   por los franceses.  

Talbot intentó lanzar un ataque frontal con sus 6.000 hombres   contra las líneas de sitio francesas. La artillería gala lo deshizo destruyendo   su ejército y matando al propio Talbot.  

En las primeras batallas de la guerra los ingleses se aprovecharon   no sólo del arco largo y su dispositivo de defensa, sino que también   contaron con la colaboración que les brindó la inclinación francesa por   lanzarse al ataque. Es probable que sin éste último ingrediente las   armas inglesas no hubiesen llevado las de ganar durante la mayor   parte del conflicto. Los franceses aprendieron a luchar a pie como los   ingleses y encontraron su “arco largo”en el cañón, sin perder además   la habilidad para ejecutar cargas a caballo. Irónicamente en Castillon,   la última batalla de la guerra, serán los ingleses los que pretenderán   decidir la acción con una carga de caballería pesada.  

43 Duffy, Michael, 1986, “The Military Revolution an the State 1500-1800”,  pg 2, University of Exeter   


© Jorge A. Vigo 2006. Para esta publicación Jorge A. Vigo 2014.

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